sábado, 1 de marzo de 2014
Por acuerdo de las Naciones
Unidas, desde el año 1990 se celebra en todo el mundo, el 22 de abril de cada
año, el "Día Mundial de la Tierra", con la finalidad de destacar la
necesidad de cuidar el planeta en que vivimos, para librarlo de los daños
irreversibles que le ocasiona el hombre continuamente, como consecuencia del "manejo
irracional" del medio ambiente y de los recursos naturales.
Se trata, de un lado, de mantener
el "equilibrio ecológico", es decir la armonía que debe reinar entre
el hombre y el medio que lo rodea, especialmente con los seres vivos:
microorganismos, plantas y animales, así como con sus componentes sin vida: el
aire, el agua, el suelo, la luz y el calor del Sol. Este equilibrio debe
asegurar la estabilidad de las interacciones existentes entre los seres humanos
y cada uno de los factores ambientales mencionados, ya que el deterioro de
cualquiera de ellos repercutirá seriamente en nosotros.
De otro lado, se trata de
explotar racionalmente los recursos que la naturaleza ha puesto a nuestra
disposición, para garantizar su mantenimiento sostenido para las futuras
generaciones. Lo que ocurre es que la explotación de estos recursos: vegetales,
animales y minerales se ha realizado durante siglos sin ninguna limitación,
como si fueran inagotables, y los gobiernos no se preocuparon de dictar las
normas y leyes necesarias para su manejo sostenible que asegure su conservación
para el futuro, hasta que en las últimas décadas se ha constatado la necesidad
de legislar al respecto y formar conciencia en la población de este peligro al
que estamos expuestos.
Nuestro país, tan rico en
recursos naturales, ha sido testigo del agotamiento de algunas de nuestras
riquezas, originado por distintas causas, acabándose por la depredación de
valiosos recursos que en determinadas épocas de nuestra historia fueron causa
de la formación de importantes fortunas. Tal ha sido el caso del guano de las
islas y del caucho, y recientemente el peligro de extinción de la anchoveta, la
sardina y la vicuña, causado por la sobreexplotación. Por eso es importante que
en nuestras instituciones educativas esta fecha sea motivo de reflexión.
